Sin título - Acrílico sobre tela - 100 x 80cm - 2001

"Lo que estoy haciendo ahora es un retorno a las manchas. Esta vez se trata de un “Apocalipsis fuego”, obras trabajadas también con el soporte en el piso, la pintura acrílica muy diluida en agua, y en este caso, acudiendo a una figuración directamente inducida por mí."

"Cuando hice la serie del “Apocalipsis Agua”, lo hice sintiendo la necesidad de volver a decir , a través de mi pintura, que el hombre, que parece volver a repetir los errores a lo largo de toda su historia, estaba próximo a hacerlo una vez más. Había, como siempre, dos posibilidades: un paisaje nuevo, como un nuevo renacer, y una tela absolutamente negra. Cada quien podía elegir la puerta a abrir, el camino a seguir, ejerciendo su libre albedrío. Lo mismo había hecho años antes, en la “Serie de las parejas”, cada uno podía elegir el final que quisiera, el final feliz, el del amor, el del dolor, el del quiebre, de la separación. En esta nueva serie de manchas, en este “Apocalipsis fuego”, vuelvo a recordar la posibilidad de un final cercano posible, que el hombre parece saber y no querer cambiar, repitiendo errores como lo ha hecho históricamente una y otra vez.

Pero, una vez más, hay una posibilidad doble, dos posibilidades a partir de la opción, de la decisión de cada uno, del ejercicio del libre albedrío: el final final, o un nuevo mundo donde el hombre sea de verdad semejante del hombre."

Sobre "Apocalipsis Fuego" escribió Rubén de la Colina: "...un deslumbrante acontecimiento visual de cuya versatilidad da cuenta el amplio espectro interpretativo que generosamente ofrece cada una y el conjunto de las obras: alegría de seguir viviendo a pesar de todo; explosiones geológicas; estaciones de un vía crucis; el infierno construído por el hombre; la magnificencia de los elementos naturales; la orgía cromática de un taller de pintor; la voluptuosidad de la sangre; en fin, una proyección de interpretaciones todas válidas y, quizás, ninguna totalmente coincidente con la voluntad tenaz del autor. Norberto Moretti dispone de una voz que se hace escuchar a pesar de todos los ruidos interferentes. Su muestra pictórica es todo un acontecimiento visual que mantiene plenamente su coherencia, su enfoque y su expectativa. En estos tiempos en que la simulación y el renuncio hacen apogeo en los círculos del poder, cabe señalar que esta muestra es también una manera de exhibir la irrenunciable sinceridad de su autor".